Si ya dar forma y personalizar parejas de novietes mola, acompañarlas de sus mascotas me maravilla. ¡Sobre todo si son gaticos! Como los mini novios del post anterior o esta otra pareja que confesaba tener más fotos de su gatita gris que de ellos. En mi familia pasa igual, los animalitos están más retratados que Claudia Schiffer en toda su carrera como modelo... bueno, foto arriba, foto abajo.
Hoy os quiero enseñar algunos de los detalles y la personalización de mini Adela, mini Pablo y su inseparable Mía para el día de su boda. No es lo único que hice para ellos, también tejí unas marionetas para dedos caracterizadas con aquellas aficiones que les unen así como un recuerdo de cuándo se conocieron, pero eso otro día...
Ahora ¡vamos de boda!
¡Una novia feliz y natural sin colorantes ni conservantes!
La novia iba vestida de blanco con palabra de honor y sin velo. Con un recogido bajo y un ramo de peonias color rosa fucsia, pequeñito y redondito.
En esta imagen, junto a la gatita, se puede apreciar algunas pequitas que le añadí por el pecho y por la cara.
El escote del vestido por atrás estaba rematado por un lazo y en el pelo llevaba un broche plateado.
El novio, al puro estilo Reservoir dogs/Caiga Quien Caiga/Men in Black: Traje dechaqueta negro con camisa blanca y corbata negra, pelo corto y con su barba.
Y luciendo no uno ni dos, sino ¡tres colores! Mía, que ya quisiera yo que fuera mía, pero no, es suya (¡platillo!) la gatica tricolor del ¡amooooor!